Habrá flotel para Navantia. Es la noticia de esta madrugada que supone un auténtico balón de oxígeno para la comarca de Ferrolterra sin encargos en las gradas de sus astilleros desde hace dos meses y para el gobierno de la Xunta de Feijóo. El encargo de Pémex es sólo una solución de urgencia para detener la hemorraguia aunque no es la solución definitiva. 30 meses de trabajo para mil operarios en una empresa que ha perdido 3.800 puestos de trabajo directos en los últimos tres años. En el alivio del flotel hay que decir que sigue siendo imprescindible construir el dique flotante, negociar los contratos pendientes ahora con Iberdrola y que se levante ese veto de Bruselas, que es casi una losa, que impide que los astilleros de la Ría de Ferrol construyan barcos. Era tan potente lo que habíamos construído en la ría ferrolana que años de cortapisas, decisiones políticas que favorecían otros astilleros públicos y vetos, no han sido suficientes para destruirlo. Que mil empleos y 30 meses de trabajo no son suficientes para mantener lo que supone para Galicia. Debería ser un motivo de orgullo y una razón para seguir reivindicando que se pueda desarrollar todo su potencial. Navantia no es un problema. Si se piensa en los intereses de aquí, claro.
La historia de Astano de 1970 a 2008, según la visión de los trabajadores.
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