martes, 28 de enero de 2014

El mar no da tregua, dos años después





De nuevo la alerta, olas de casi diez metros, temporal cerrado, dos años después. El mar puede dar la sorpresa en cualquier momento y a fuerza de cadena de olas, de golpes de viento aprendemos a no acercarnos a él. Hace dos años los policías Rodrigo Maseda, José Antonio Villamor y Javier López se jugaron la vida en el mar del Orzán para intentar salvar al joven Erasmus Tomás Velicky. Y la perdieron. Volvemos a recordar que con el mar no se juega, ni para mojarse los pies, ni para recoger una instantánea hermosa con un móvil, ni para contemplar el lugar donde esparcimos las cenizas de un ser querido como les pasó al padre y a la hija desaparecidos na Frouxeira. Los mejores de los nuestros se exponen cuando es necesario para salvar vidas porque consideran que es su deber. Una sociedad madura tiene, sobre todo, que contar con ciudadanos que no corren riesgos inútiles, porque la civilización hace que después todos seamos responsables de salvarles acudiendo con los medios de que disponemos. Ahora con escopetas que lanzan chalecos salvavidas a metros de distancia y, aseguran las autoridades, aumentando los medios de vigilancia y seguridad en días como estos. Para no volver a vivir aquello, ni lo de hace dos semanas en Valdoviño. Tragedias completamente evitables. Es una muestra de civilización además no olvidar. Y volver a dar las gracias dos años después.

Recordar.


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