En el arranque de la semana de los presupuestos, la semana del nuevo secretario xeral del PSOE gallego no deberíamos olvidar un debate que ha comenzado a darse en el congreso de los Diputados a iniciativa del Partido Popular. El cambio de huso horario. Con el argumento de la productividad y del desfase respecto a las horas de luz. Hace unos años en una asamblea del BNG se planteó la misma cuestión, para asombro de algunos, cuando era de absoluto sentido común, y es que aquí se nota especialmente el desfase porque estamos prácticamente a la altura de Londres y el meridiano de Greenwich pasa por la zona fronteriza entre Aragón y Cataluña. Desde 1940 España comparte el mismo horario que París o Berlín por el interés de la Dictadura franquista en equiparar la hora con la de la Alemania de Hitler. Y este desfase ha conllevado que desarrollemos un tipo de vida diferente en cuanto a costumbres y organización cotidiana. Sabiendo que sería ya un triunfo que se respetaran los actuales horarios laborales, un cambio de huso nos permitiría llevar una vida más natural y más integrada económicamente. Aunque ese cambio exige un horario de nueve a cinco con unos servicios públicos fuertes que haría por ejemplo que los niños coman en las escuelas a cargo del estado como parte del modelo. Todo muy europeo. Todo.
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